Después de mucho pensar decidí que quería hacer una cena de
Acción de gracias o como se le conoce por sus creadores Thanksgiving dinner. Y la verdad es que tenía miedo de siquiera
decirlo, seamos sinceros donde ves a una mexicana decir “voy hacer una cena de thanksgiving”, pero bueno me arme de
valor y lo dije en voz alta. Nací en la frontera con USA así que tampoco es
algo totalmente nuevo para mí y tengo mucha familia que pertenece a esa
cultura. La verdad es que me divertí mucho
y lo hice con amigas que quiero con todo mi corazón y son mi familia. Fue muy
sencillo, nada de pavo y Apple pie,
sólo un espagueti, cupcakes y té caliente. Hablamos de todo, de viajes, la edad
y dimos gracias cada una, de aquello por lo que nos sentimos bendecidas. Fue
una buena experiencia poder estar compartiendo la mesa y agradecer por lo bueno
del año. Además tengo que agradecer que tenga amigas que me siguen la corriente
y se prestan para este tipo de cosas :)
La realidad es que cuantas veces no dejamos de hacer algo
por lo que vayan a pensar los demás o que vayan a decir. Es imposible tener
feliz al mundo, tenemos la tendencia a opinar de todo (y es general, por más
buena persona que seas siempre vas a opinar o en el peor de los casos juzgar) y
pienso que está bien si vamos a opinar, no hay bronca con eso, el problema es
cuando ya seas tú o esa persona se preocupa por lo que todo el mundo opina. Con
las redes sociales desgraciadamente cada vez lo veo más, utilizamos dichas
redes para quejarnos de las acciones de los demás, para juzgar y criticar cuando al final nosotros estamos “siguiendo”
a esa persona y seamos sinceros nos proyectamos gratis. Ahora no es mi
intención utilizar mi blog para hablar de lo que los demás hacen o no de manera
correcta según mi criterio. Ayer escuche que cuando nos quejamos al 80% de las
personas no les importa y al otro 20% les da gusto si algo no te agrada o andas
publicando todo lo que te va mal. El punto es (porque ya me desvié) que tenía
ganas de hacer este proyecto y sí me dio miedo lo que los demás pensarán de mí;
lo admito es una “ridiculez” pero no me arrepiento porque me divertí y lo
disfrute. La moraleja aquí es vive y deja vivir, la gente es tan libre como tú
para hacer lo que se les pegue la gana.
Les comparto unas fotos de mi cena, ojala alguien me pueda
platicar si alguna vez les ha pasado esto o se han quedado con ganas de hacer
algo. Yo recomiendo totalmente hacer este tipo de ridiculeces pueden terminar
pasando un buen rato :)
Vianey
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