Lista o no, aquí voy…
Extraño el otoño
Extraño tomar el té
Extraño leer
Extraño perseguir mis sueños, entusiasta y determinada como
antes…
Y es que el tiempo nos consume y nos deja vacíos. En el
momento que vamos a el recuento de los daños nos damos cuenta que los sueños
siguen ahí ardiendo y sólo están esperando por ti. El reloj sigue avanzando y
piensas: “a qué hora el miedo se descuidara un momento para dar el gran salto”.
Ese gran segundo que cambiará tu vida, porque en realidad el salto no es más
que un segundo de valentía.
Deseo que todos sean
valientes y para mí que mi sueño nunca se apague, al contrario que arda más que
nunca.
Con cariño,
Vianey
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