Last days of summer…



Cuando comienza septiembre sabemos que el año está por terminar y automáticamente nos ponemos a repasar como vamos en cuanto a nuestras resoluciones: cuanto peso hemos perdido, cuantos amigos hemos ganado, y sueños también. Aquello que sabemos que va mal, comenzamos a darle un paso más apresurado. En fin, nos preparamos para terminar todo lo que prometimos que quedaría listo para este año. Y no importa que tanto, o poco avancemos. Estamos aquí. Nada puede cambiar el hecho de que el tiempo, los días y las horas no se van a detener.


En mi caso, estos últimos meses tienen un aire de comienzo. No recuerdo el momento exacto en que la llegada del otoño me dejo fascinada y ahora mi corazón desesperado empieza a dar brinquitos de gusto y comienza a prepararse, justo cuando el año está por terminar. El otoño es eso: una transición. Es madurez y mucho más. Para mí, además del cambio, es un té caliente, es la salida con un paraguas en mano, un libro por terminar y un espacio acogedor para mí. Es cambio. Es dar gracias.

Espero que estés listo para estos últimos momentos del año, y digo momentos porque llegan tan rápido que pareciera que vamos cerrando y abriendo los ojos en segundos, hace un momento el sol brillaba tan fuerte y pronto los abriremos de nuevo y el aire será fresco, el sol cálido y nuestro andar tendrá un sonido diferente.

Vamos madurando de poquito en poquito, sin darnos cuenta…

PD. ¡Este mes cumplo dos años con mi blog! Y sí que lo voy a festejar…
Con mucho cariño,

Vianey

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