Han pasado ya varios días desde mi última entrada y esta
ausencia en el blog no me cae bien. Pero bueno, era justo y necesario. Ahora
soy una mujer casada (¡Que fuerte y emocionante a la vez!) y los últimos días
han sido de gran aprendizaje, y a pesar de lo abrumada que me sentí por la
boda, ahora me siento más relajada y puedo ver todo también más claro y sentir
el nuevo comienzo. ¡Estoy lista y
ansiosa!
Después de la fiesta
llega la parte más emocionante que casi nadie admite, y es la luna de
miel. Ya estar los dos como esposos, salir a relajarse y conocer, poder decir
por primera vez: “mi esposo” es definitivo lo que más me gusto. Playa del
Carmen y Nueva York fueron los destinos,
y tengo tantos pensamientos y fotos que quiero compartir aquí pero creo que
lo correcto era contarles sobre la boda primero y regresar al blog. Ya
llegaremos al viaje.
Ahora estoy lista para escribir y buscar el espacio perfecto
en mi vida para poder escribir. De eso trataba mi entrada anterior, como tomar
una decisión de seguir un sueño. Esta decisión llego justo en el momento que me
iba a casar con mi novio de 7 años y no tenía más que ser valiente. Casarse no
es cualquier paso, es uno de los pasos más importantes que una persona puede
tomar, pero además hacer cambios en tu vida profesional, pues hace que se mueva
un poco el piso y con tantas cosas por hacer.
Así me encontraba yo,
más o menos, pero la boda
teníamos que sacarla adelante. Hace meses encontré una frase muy popular que
dice: “Quiero que mi matrimonio sea más hermoso que la boda”. Y esto totalmente encajo con lo que todo el
mundo dice de las bodas y lo que yo creo. Es imposible tener la boda perfecta.
Esto debe ser el punto de partida de cualquier novia. Pero lo bonito es planear
algo en lo que los dos se puedan sentir a gusto y estar preparado para todo
(aunque en el momento te quiebras, vale más fingir estar preparada). Llego el 04 de Octubre y todo estaba listo, una noche
anterior mí ahora esposo me sorprendió con mariachi y dormí pocas horas, como
creo que cualquier novia ha de dormir. Me levante, desayune y me empecé a
listar. La cita era a las 6 pm en el altar y
a pesar de pasar una mañana relajada, los nervios me empezaron a ganar
conforme se llegaba la hora. Así que empezó todo, nervios, la gente, pendientes,
que todo esté en orden. Imposible. Esto claro, lo entendí varias horas después
cuando decidí recordar para que y por qué era todo esto que con tanto amor
habíamos planeado. Así que me dispuse a disfrutarlo.
¿Lo más difícil? Definitivo, tiene que ser no poder estar,
saludar y tomarte fotos con todos. Es el peor sentimiento, pero en verdad es
muy difícil y lo peor es que dejas de disfrutar la fiesta de los dos.
Por ello aprendí que no puedes complacer a todos, y lo que
es peor que no puedes dedicarle el tiempo que se merecen a tus seres queridos y
que debes de bailar. Es la única forma de recordar tu boda de la mejor manera.
Los nervios te ganan. Al final solo te casas una vez en la vida.
Todo salió excelente, la gente se divertía y la pista nunca
estuvo vacía, la comida perfecta y al final estábamos los dos celebrando este
nuevo camino en nuestras vidas, juntos.
¡Muchas felicidades!, definitivamente casarse es un gran paso, pero se ve que es algo muy lindo cuando pasas por todo eso a lado de la persona que amas.
ResponderBorrarBESOS DESDE LA CIUDAD DE MÉXICO!
http://thefantastico.blogspot.mx/